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Puerto Thiel dio la vida al cantón de Nandayure (setiembre de 2018).

En la época precolombina, el territorio que actualmente corresponde al cantón de Nandayure formó parte de una de las tantas provincias de los pueblos originarios chorotegas, cuyos dominios llegaban hasta el Lago de Nicaragua, perteneciendo a la región conocida como la Gran Nicoya, que se extendía "desde la frontera de Nicaragua hasta la Bahía de Culebra y el cantón de Cañas, en la cual es notoria la influencia del Pacífico nicaragüense" (1), abarcando el sur de Nicaragua y toda la Península de Nicoya con sus islas.


Al respecto del origen del nombre de “Nandayure” Quirós (1999) apunta que proviene de un “nombre constituido por nanda "arroyo" y yuri derivado de ñuri '.'culebra", "flor", "pájaro". El topónimo significa "Arroyo de la culebra" o "de la flor" o "del pájaro" (2).

Sobre sus primeros pobladores se cuenta que cerca de 1855, Don José Hernández, con su esposa Rut Vargas, sus 12 hijos y cuatro vaquitas, se aventuraron desde Pueblo Viejo de Nicoya hasta acampar por donde hoy es Santa Rita, que en aquel entonces era zona montañosa. Con los años se acercaron pocas familias más por aquellas densas regiones. Entre 1900 y 1907 otro grupo de familias encabezadas por un tal Omar Gauna llegaron a estos despoblados lugares desde Puntarenas y se cree que fueron de los primeros en habitar por lo que sería ciudad Carmona. La migración pronto se vio favorecida por el tráfico de cabotaje existente en el Golfo de Nicoya, en la vía de comunicación abierta desde Puerto Thiel (también llamado Puerto Tinajas) con Puerto Humo, Letras, Bolsón, Ballena y otras poblaciones al margen del Tempisque, la principal vía de tránsito de Guanacaste, donde se daba una comercialización diaria también con los pueblos más antiguos de lo que será Nandayure: Santa Rita, San Pablo, Cacao y Canjel.

Allá por 1909, algunos funcionarios del Gobierno que tenían la misión de colonizar territorios peninsulares despoblados del entonces cantón de Nicoya, encargaron a un grupo de negros que exploraran las tierras de la parte sur de la provincia de Guanacaste, ahondándose así en el litoral Pacífico de esta provincia (3). Debe recordarse que “el periodo 1900- 1940 estuvo marcado por un interés de expandir, en forma ordenada, el sistema vial, tanto para integrar a las zonas de colonización ancestrales (1750-1850), muchas veces consideradas como vacías, como otras nuevas (1890-1920), al mismo tiempo que se promovían nuevas oleadas de emigración, como eran entre otras las costas del Golfo de Nicoya” (4).

Una vez recorrida la región el Gobierno emitió el Decreto N° 50 del 30 de julio de 1910 en que creaba un asentamiento campesino en la Península de Nicoya bajo los siguientes lineamientos:

1. Se acordó la fundación de una nueva población compuesta por cien familias que se desplazarían a la parte sur de la provincia.

2. El Gobierno asumiría los gastos del traslado de dichas familias y los proveería de herramientas, animales y maquinaria.

3. Se donarían veinte hectáreas de terreno por familia.

4. El Estado pagaría una pensión de veinte colones por un período de diez meses en calidad de préstamo.

5. El Estado daría título de propiedad a cambio de un buen uso y labranza de la tierra.

6. Las familias colonizadoras no podrían embargar nada de lo obtenido o dado por el Gobierno en tanto no hubieran pagado el préstamo.

7. Las familias colonizadoras tendrían que trabajar en la colonia por cinco años y pagar su deuda, para invertirla en mejoras de la misma Colonia.

8. Los requisitos que debería tener una persona para ser colono eran ser costarricense, honrado, trabajador, sano, fuerte y observar las leyes y reglamentos de la colonia.

9. El mando de la colonia estaría a cargo de un jefe y además contaría con servicios de telegrafía, maestro y médico.

10. El gobierno presupuestó treinta mil colones para cumplir esta Ley.

Por acuerdo Ejecutivo N° 367 del 7 del mismo mes se nombró al Presbítero José Daniel Carmona Briceño, jefe de la colonia. En setiembre de ese mismo año la comisión integrada por el Padre Carmona, el Doctor Rafael Ángel Calderón Muñoz y los Ingenieros Eusebio Rodríguez y José María Bonilla, así como por siete agricultores, rindieron un informe sobre el sitio escogido para establecer la “nueva colonia”. Al respecto los señores Rodríguez y Bonilla se pronunciaron por el sitio donde después se asentaría Hojancha y los restantes miembros de la comisión por la llanura de Santa Rita en la cual ya existía un pequeño caserío. De acuerdo con el informe, la cartera de policía, por acuerdo Nº. 455, del año 1910, estableció como asiento de la colonia, la propuesta de la mayoría de miembros de la comisión.


Una vez consolidado dicho proyecto agrario, un grupo de familias decidieron formar dicha colonia con el apoyo gubernamental, bajo el tipo de estructura social agraria, sabiendo que tendrían mayor independencia, una propiedad donde podían trabajar la tierra y vivir en casa y tierras propias, del autoconsumo y el comercio agrario. Las noventa y tres familias seleccionadas arribaron por Puerto Thiel, bajo la dirección del jefe-fundador puntarenense, el Pbro. José Daniel Carmona, quien se hizo cargo del grupo de familias al que los nativos de la zona llamaron “cartagos” (esto es, procedentes del Valle Central) pues eran originarios de lugares como San Ramón, Atenas, Palmares, Orotina, Esparza y algunos pocos de Puntarenas. Estos primeros años correspondían al período presidencial del Lic. don Ricardo Jiménez Oreamuno (1910-1914), quien había propuesto entre sus políticas establecer colonias agrícolas, por lo que las autoridades actuaron con rapidez ante el proyecto dirigido por el dinámico sacerdote Carmona, con el respaldo del Congreso Constitucional de la República.

Los primeros colonos pasaron por Santa Rita y decidieron abrir brecha más adelante, entre la densa vegetación, para poder trazar un cuadrante principal y dividirlo en lotes, en donde se instalarían definitivamente, quedando de la siguiente manera: una manzana para el templo y la casa del Cura, otra para la plaza pública al lado oeste; una manzana al lado norte para el edificio público y media manzana al lado sur de la plaza pública para la escuela. Tal como lo había prometido, el Gobierno prestó su ayuda y acordó subvencionar a los colonos con la suma de veinte colones por mes durante el primer año, además les proporcionó las herramientas necesarias para las labores agrícolas tales como: machetes, palas, picos, macanas, etc. Se instaló un buen aserradero manejado por un competente caldero, un trapiche, una descascaradora de arroz, una desgranadora de maíz y se comenzó a instalar una línea telegráfica que uniría ésta colonia nicoyana con el centro de Nicoya y de este modo con el resto del país. Con una cañería incipiente se inaugura un acueducto rudimentario en 1911, que será renovado en 1955 y todavía setenta años después se mantendrá bajo la administración del gobierno municipal.

Apenas se terminaron de levantar las casas de las familias colonizadores, se dieron a la tarea de construir la primera Ermita, desde entonces dedicada al santo de los agricultores, San Isidro Labrador, contando con la autorización de Monseñor Juan Gaspar Stork, Arzobispo de San José (1904-1920). Fue un templo construido de madera, ya que a los colonos se les había otorgado un aserradero y tenían madera en abundancia de aquellos cerros; a lo largo de los años se le harían agregados y mejoras que embellecerían aquel santuario. Una vez que se retiró definitivamente el padre Carmona, allá por 1921, no hubo más sacerdote permanente en el lugar, sino que por varios años los oficios religiosos los celebraban los frailes que oficiaban en Nicoya. Algunos entrevistados hablan de un tal Padre Nicolás, quien visitaba la Colonia tres veces al año. Para bautizos y otras ceremonias en diferentes fechas a las visitas trianuales, los fieles tenían que asistir al lugar donde él cura celebraba. El año 1948 ejerció como sacerdote en Nandayure Delfín Quesada, que años después será el primer obispo de San Isidro de El General. Ya para el año 1949, por decreto episcopal del 3 de marzo de 1949, el arzobispo Víctor Manuel Sanabria Martínez, erigió en esta Colonia la parroquia de Nandayure, dedicándola a San Isidro Labrador. El Pbro. Jaime Chacón será nombrado el primer cura párroco del lugar.

Según un testimonio ofrecido por el antiguo poblador don Manuel Montero Arias: "el enemigo número uno que afrontaron los colonos fue la falta de caminos hacia los centros comerciales donde poder vender sus productos, pues aunque la Colonia pertenecía al Cantón de Nicoya la distancia de cuarenta kilómetros por caminos abruptos hacía imposible el tránsito con carretas y caballos a ese lugar, amén que había que pasar el caudaloso Río Morote que se tragó varias preciosas vidas. El único lugar para vender los productos era el Puerto de Puntarenas, embarcando en Puerto Thiel... tardaban hasta ocho días en ida y regreso por el Golfo de Nicoya y la distancia entre la Colonia y el puerto Thiel como a diez kilómetros se tardaban con carretas hasta doce horas ida y regreso... Funcionando como Colonia duró como cuatro años, la mayoría de los colonos no pudieron hacerle frente a todos los factores apuntados y se volvieron a sus respectivos lugares más arruinados que antes, en cuenta el Padre Carmona. Pocos se quedaron y algunas otras familias que llegaron después se dieron a la tarea de criar algunos ganados y cultivar en pequeño la tierra, aunque había muchos terrenos ociosos que no se podían cultivar por la falta de medios”.

Al consultar el Libro Parroquial de la iglesia San Isidro Labrador el lector encuentra plasmada en el parte de la historia de la Colonia y de su “jefe-fundador” el Pbro. José Daniel Carmona, quien aparece inscrito como “el primer cura párroco de Colonia de Nicoya” desde el año 1911 hasta 1921, año en que se retira de nuevo a Puntarenas. Dicho Libro Parroquial difiere con el anterior relato de Montero, para quien el padre Carmona solo estuvo 4 años y no 11. También se pueden observar en dicho Libro, durante los años treintas y cuarentas, las firmas de diferentes sacerdotes y misioneros de otras parroquias que realizaban no solo misas y predicaciones, sino también los sacramentos del bautismo y el matrimonio para los pocos pobladores que soportaron las penurias y decidieron habitar permanentemente en aquel lugar.

Nuevos habitantes llegaron cuatro años después de fundada la Colonia y ocuparon los lugares que otras familias habían abandonado, agobiadas de los calores y la poca fortuna en los negocios, regresándose a su tierra natal o desplazándose otros a los sitios montañosos que eran más frescos, más semejantes a los de sus lugares de procedencia, a pesar de quedar más alejados del principal centro comercial en la ciudad de Nicoya, que en ese entonces era la cabecera del cantón.

A partir de 1936 comenzó a aumentar significativamente el número de pobladores, coincidiendo con el regreso de muchos guanacastecos que habían probado suerte en las bananeras del Pacífico sur y regresaban a la provincia, y otros vecinos de Palmares y San Ramón que se vinieron a probar suerte. En estos años el servicio de cabotaje por el río Tempisque, haciendo escala en el famoso Puerto Thiel, le daba a Nandayure un prestigioso lugar en Guanacaste, pues “la actividad del cabotaje estaba orientada fundamentalmente en dos aspectos, el comercio de granos como arroz, frijoles, café en grano, ganado, cerdos y gallinas de Guanacaste a Puntarenas. De regreso las lanchas traían mercaderías para los comerciantes… los productos se llevaban a Nandayure y a los caseríos cercanos, entre los más comunes estaban el diesel, el aceite y la gasolina. Había otra lancha para pasajeros que viajaban por cuestiones de salud al hospital de Puntarenas, o para hacer negocios con sus productos”(5).

A partir de la Ley Nº 20 sobre división territorial, del 18 de octubre de 1915, el barrio Colonia Carmona conformó parte del distrito segundo del cantón de Nicoya. Desde el año 1932 los habitantes del distrito Colonia Carmona pensaron en constituirse cantón independiente de Nicoya, pero el presidente Ricardo Jiménez desechó la idea que le presentaron los señores Calixto Guerrero, Héctor Zúñiga Mora, Rogelio Fernández y Gonzalo Vargas: “La idea de ustedes -les dijo- es muy bella, y no digo que no sea de gran necesidad, pero a ustedes les pasa como al que tiene la novia pero no tiene el dinero para casarse; al gobierno su economía no le permite erogaciones de esa clase; así es que siento no poder complacerlos”. En 1952, cansados los vecinos de lo que alegaban indiferencia de los nicoyanos para con el distrito de Colonia Carmona, llamaron al señor Hernán Mora para que confeccionara el proyecto del cantonato, y aun bajo la lluvia los vecinos anduvieron de casa en casa recogiendo firmas; así entonces presentaron su proyecto de cantonato ante la Asamblea Legislativa, pero se llevaron la sorpresa de no ser atendidos como se merecían y que pronto fuera engavetado (6).




El progresista poblado de Nandayure no se cansó con dos intentos fallidos anteriores y unió sus esfuerzos de impulsar la declaratoria del cantonato junto con la señora Rosalpina Aiza Carrillo (7), que en ese entonces era diputada oriunda de San Lázaro de Nicoya y el 31 de mayo de 1961 fue presentado el proyecto ante el Congreso Nacional, que lo aprobará mediante el decreto N° 2826 del 15 de octubre de 1961, pero eso sí, con un plebiscito público, sujeto al criterio del Instituto Geográfico Nacional, que debería fijar con mayor exactitud los límites cantonales definitivos, naciendo así Nandayure como el noveno cantón de la Provincia de Guanacaste, a pesar de la oposición por parte de las autoridades de Puntarenas y de Nicoya. El 5 de septiembre de 1961, el Congreso había aprobado la siguiente moción: “Que se nombre una comisión especial de cinco diputados que dictamine sobre el proyecto de ley de creación del cantón Carmona, rinda su dictamen en el término de ocho días hábiles y se conozca de ese dictamen en la correspondiente sesión, después del capítulo de correspondencia. La comisión será integrada por el Directorio”.

Cuando se redactó el proyecto de creación del cantón en 1962, se pensó en llamarlo Presbítero José Daniel Carmona Briceño, como homenaje al fundador de la colonia agrícola en 1910, pero algunos sugirieron en darle la denominación con sabor más regional, autóctono y de leyenda, por lo que se propuso el nombre de “Nandayure”, evocando a la princesa chorotega Nayuribe y a su cabecera denominarla con el apellido del cura fundador, Ciudad Carmona.

Fue entonces en el gobierno de don Mario Echandi Jiménez cuando se promulgó la Ley Nº 2826, que dispuso erigir en cantón el distrito segundo de Nicoya, con el nombre Nandayure, limitando al este con la provincia de Puntarenas, al norte con el cantón de Nicoya, al noroeste con el cantón de Hojancha y al suroeste con el océano Pacífico. La misma ley estableció, en su artículo cuarto, que la creación cantonal quedaba sujeta a la aprobación mayoritaria de los electores comprendidos en la jurisdicción de los límites fijados en esa Ley. En tal forma se efectuó un plebiscito conjuntamente con la elección nacional y municipal del 4 de febrero de 1962 a fin de ver el grado de interés que tenía el pueblo en crear el cantón.

Esta medida fue tomada debido a que existía una discrepancia entre los diputados por la delimitación que debía comprenderse en el cantón, alegando que algunos pueblos deseaban pertenecer al nuevo cantón y otros preferían mantenerse en la delimitación geográfica y administrativa del cantón de Nicoya, que tenían hasta aquel momento. “El 4 de febrero de 1962, en elecciones nacionales y municipales, se obtuvieron resultados favorables a la creación del cantón, según datos del Tribunal Supremo de Elecciones del 27 de marzo de 1962, hubo 1402 votos afirmativos y 437 en contra. Con estos resultados, y según lo estipulado en el artículo 4° de la Ley Nº 2826, quince días después de la declaratoria, debía empezar a regir la organización del nuevo cantón. Por lo tanto, se aprobó en definitiva la creación del cantón número nueve de la provincia de Guanacaste, con el nombre de Nandayure, conformado por seis distritos y más de 90 caseríos”(8).

Un 22 de enero de 1881 se recuerda la primera visita pastoral de Monseñor Thiel a Guanacaste; y en febrero de 1896 hace su segunda visita pastoral “al Guanacaste y los indios guatusos”, siendo acompañado entre otros por el Pbro. José Daniel Carmona, quien transcribe una detallada crónica del viaje (9); es de imaginar que en la memoria colectiva repercutió tanto aquel acontecimiento que en el lugar o cerca del mismo donde desembarcó Monseñor Thiel y su comitiva desde Puntarenas para visitar Nicoya, los pobladores decidieran denominarlo pocos años después Puerto Thiel, que se convertirá en el primer puerto de Cabotaje del Golfo de Nicoya para todas las lanchas procedentes del puerto del Puntarenas, antes de ingresar por el río Tempisque, la principal vía de comunicación de la provincia. Hasta los años sesenta “el cabotaje era el principal medio de transporte de comunidades cercanas a la Península Nicoya, el cual decayó por culpa de las carreteras y los “ferris”… las lanchas de cabotaje se convirtieron en lanchas pesqueras, puerto Thiel es hoy un pequeño y empobrecido puerto de pescadores que venden su producto a una cooperativa y ocasionalmente a personas que visitan el lugar”(10). La época de oro del cabotaje serían los cien años desde 1850 a 1950.

Fue el recorrido de las embarcaciones por “Puerto Letras, Puerto Thiel, Puerto Jicaral, Paquera, Isla de Chira, Isla de Venado, Isla Caballo, y Berrogate, que creó toda una red comercial y de transporte de personas de gran importancia, esto ante la ausencia o el mal estado de los caminos, principalmente en la época lluviosa. La necesidad de la gente de llevar sus productos al mercado, la necesidad de contar con atención médica, o de abastecerse de mercancías, hizo que los guanacastecos peninsulares comerciantes que poseían algún negocio debieran usar esa red para transportar telas, manteca, azúcar, fósforos que llegaban desde Puntarenas y abastecían las necesidades de personas de Mansión, Nandayure, San Pablo, San Joaquín. Al igual que Puerto Thiel, puerto Jesús poseía, bodegas de almacenaje, una cantina y un lugar para alimentarse antes de partir o a la hora de la llegada”(11).

En puerto Thiel “había un salón comunal donde se hacía fiesta con marimba y se cobraba una peseta para poder bailar… habían dos cantinas y dos chisperos, negocios que eran de dudosa reputación, pues venían mujeres de Puntarenas, la mayoría de ellas prostitutas. Acá venían gente de todo lado: de Pavones y Nandayure los hombres se peleaban y se emborrachaban, la política también se hacía presente cuando algún candidato llegaba se hacía fiesta eran “ídolos” recuerdo a Mario Echandi, José Joaquín Trejos, y José Figueres que aquí era casi un Dios”(12). En los alrededores de Puerto Thiel “sus habitantes tienen leyendas vinculadas a la actividad del cabotaje, en especial sobre una mona (mujer que se transforma en una mona para molestar a los hombres) y que en San Pablo un lugar cercano a los puertos salía un caballo negro montado con un señor vestido de negro que se decía que era el diablo”. (13).

Cabe recordar que en Guanacaste el negocio de las maderas, más que la ganadería, fue uno de los más rentables en siglos pasados, cuando la deforestación se había convertido en la rutina habitual de los campesinos, quienes volcaban montañas, quemaban arboledas y aprovechaban la madera más valiosa, exportando la mejor pagada. Puntarenas era el puerto principal del comercio de maderas y desde Puerto Thiel los campesinos de Nandayure comercializaban maderas apreciadas en el mercado: “para maderas de construcción se exportaba cedro, pochote, caoba y cenízaro; para la extracción de las tintas roja, amarrilla y negra, están respectivamente los árboles de brasil, mora y nacascolo; hay plantas medicinales como el hombre grande, el copalchí, la quina, el mechoacán, la lombricera; puede extraerse fibras del zoncoyo, del peine de mico, de la majagua, del molinillo; para curtir pieles en color rojizo están el nance y el cierrecillo, y para curtirlas en blanco está el roble”.(14) Algunos puertos “entre 1942 y 1959 tuvieron cargas importantes, entre ellos estaría encabezando Puntarenas, eje central del Pacífico. El “Puerto” fue acompañado de Thiel, Letras, Jicaral y Jesús, todos en el Golfo de Nicoya o interconectados con él”. (15).

Refiriéndonos a la educación se recuerda que la escuela se estableció en 1912, dos años después de haberse asentado la Colonia. Ya para 1950 se hizo necesaria la construcción de una nueva edificación del centro escolar, durante la administración de don Otilio Ulate Blanco, el cual sería bautizado como “Escuela Presbítero José Daniel Carmona Briceño”. El Colegio Técnico Profesional Agropecuario Nandayure, inició sus actividades docentes en marzo de 1972, durante la segunda administración de don José Figueres Ferrer.

El 8 de abril de 1962 se llevó a cabo la primera sesión del Concejo de Nandayure, integrada por los regidores:

- propietarios:

Sr. José Gómez Hernández

Presidente

Sr. Aníbal Mayorga Román

Vicepresidente

Sr. Tobías Rojas Rojas

secretario

- Suplentes: Sta. María Hernández Barrantes y Sr. Manuel Montero Arias

El 9 de mayo de 1962 por Decreto Ejecutivo se realiza la división territorial de distritos de Nandayure. Por decreto Ejecutivo Nº 15 de 15 febrero de 1965, sobre división territorial administrativa, promulgado en la administración de Don Francisco Orlich Bolmarcich, a Colonia Carmona se le otorgó el título de Villa. Posteriormente, en ley Nº 4574 de 4 de mayo de 1970 se promulgó el Código Municipal, que en su artículo tercero confirmó a la Villa de Carmona la categoría de ciudad, por ser cabecera de cantón.

El alumbrado público se inauguró en diciembre de 1972, durante la segunda administración de don José Figueres Ferrer. La Clínica de Colonia Carmona (C.C.S.S.) comenzó a prestar sus servicios el 30 de julio de 1979 a todos los habitantes del cantón en un amplio edificio creado para este fin. El 26 de noviembre de 1980 el Decreto Ejecutivo 12090-G adscribe al cantón de Nandayure algunos poblados y caseríos de Hojancha, ensanchando su territorio. La especie utilizada en este proyecto es la melina que se sembró en 1988 en los distritos de Zapotal, Santa Rita, Povernir y Carmona, abarcando setenta y seis hectáreas. A pesar que su desarrollo ha sido lento, el año 2017 logró dar un salto importante al situarse en el puesto número 10 de los cantones del país y ser parte de la lista de los territorios más prósperos de Costa Rica.

NOTAS:

(1): Quirós Vargas, Claudia (1999); "Nicoya en el contexto de la conquista de América Central: 1519-1560" (Manuscrito previo). U.C.R., San José.

(2): QUIRÓS Juan Santiago (1987); Términos chorotegas en la toponimia guanacasteca. Centro Universitario de Guanacaste.

(4): NUÑEZ Rodolfo y MARÍN Juan José (2010); El cabotaje guanacasteco, un análisis de sociabilidad 1950-1960. Programa FES-CONARE. San José, pág. 13.

(5): NUÑEZ Rodolfo y MARÍN Juan José (2010); El cabotaje guanacasteco, un análisis de sociabilidad 1950-1960. Programa FES-CONARE. San José, pág. 8

(7): HERNANDEZ B.M. en su libro “El Cantón de Nandayure”, refiere el esfuerzo de la diputada por Nicoya, Rosa Alpina Aiza Carrillo, para crear el Cantón de Nandayure, luego de un referendum, por decreto Legislativo de octubre de 1961. Resume lo más sobresaliente de la vida del cantón y sus límites políticos y administrativos, con la población correspondiente según el último censo a la fecha. Cita de HERNANDEZ Mireya (1974). Reseña histórica de algunos libros y escritos de Guanacaste. En Revista de la Universidad de Costa Rica N°18, pág.149.

(8): AAVV (2017). Nandayure, de colonia a pujante cantón. Periódico Guanacaste a la Altura. Consultado el 9-09-2018 en la dirección https://www.guanacastealaaltura.com/index.php/cantones/item/779-nandayure-de-colonia-a-pujante-canton

(9): CARMONA José Daniel Pbro. (1897). De San José al Guanacaste e indios guatusos. Tipografía de San José. San José C.R. 235 págs.

(10): NUÑEZ Rodolfo y MARÍN Juan José (2010); El cabotaje guanacasteco, un análisis de sociabilidad 1950-1960. Programa FES-CONARE. San José. Pág. 10

(11): Barrantes Guadamuz, Farid, entrevista de Rodolfo Núñez Arias. Entrevista sobre los puertos de cabotaje en Guanacaste (25 de marzo de 2010). En NUÑEZ Rodolfo y MARÍN Juan José (2010); Los sistemas de cabotaje de Guanacaste, en un análisis comparado de articulaciones nodales interregionales en Costa Rica, 1890 –2000. Programa FES-CONARE. San José. Pág. 29

(12): NUÑEZ Rodolfo y MARÍN Juan José (2010); El cabotaje guanacasteco, un análisis de sociabilidad 1950-1960. Programa FES-CONARE. San José. Pág. 16

(13): NUÑEZ Rodolfo y MARÍN Juan José (2010); El cabotaje guanacasteco, un análisis de sociabilidad 1950-1960. Programa FES-CONARE. San José. Pág. 18

(14): Caamaño, Virgilio (1935); El lector Guanacasteco. Citado por NUÑEZ Rodolfo y MARÍN Juan José (2010); El cabotaje guanacasteco, un análisis de sociabilidad 1950-1960. Programa FES-CONARE. San José, pág. 33.

(15): NUÑEZ Rodolfo y MARÍN Juan José (2010); Los sistemas de cabotaje de Guanacaste, en un análisis comparado de articulaciones nodales interregionales en Costa Rica, 1890 –2000. Programa FES-CONARE. San José, pág. 23

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