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Dr. Vargas: 5 mil albardas en Llano Grande cambiaron la historia de Guanacaste (02-12-2018)

“Nosotros no somos más que el puente sobre el cual pasarán las futuras generaciones”. Dr. Francisco Vargas Vargas.



Un pequeño partido regional construido mientras el doctor Vargas curaba los dolores y enfermedades viajando en los años 30s por los pueblos abandonados de un Guanacaste olvidado que no contaba con un hospital, tan siquiera con un solo centro de salud, fue el empuje de una nueva etapa histórica provincial. El Partido Confraternidad Guanacasteca surgió de un movimiento político que se generó en Guanacaste como respuesta a los serios problemas sociales y económicos que vivía esta provincia. El aislamiento, la pobreza, el desempleo, pocas escuelas y ningún colegio, fueron factores decisivos en la conformación de este Partido, que surgió como un sueño regional que se hizo realidad el 8 de diciembre de 1937.


Graduado con honores en la Francia de 1934, el doctor Francisco Vargas se topa con este complejo panorama social, aunado con la exclusión que sufría la región chorotega ante el poder reinante de la Meseta Central. A pesar que el Doctor Vargas inició su ejercicio profesional en San José, “convirtió su profesión en un apostolado de ayuda a los más necesitados, tanto en el Hospital San Juan de Dios, junto a…Rafael Ángel Calderón…y Moreno Cañas…como en los ranchos humildes de la pampa guanacasteca. Las condiciones de vida, así como de las injusticias de que eran víctimas los trabajadores guanacastecos, lo llevaron a incursionar en la política, donde demostró su liderazgo”(1). Dar respuesta a la situación de su provincia natal fue un reto permanente que el Doctor Vargas asumió tanto desde su compromiso profesional como desde sus discursos políticos, ya que un líder político jamás debe ejercer su rol de forma complaciente o indiferente ante la realidad de pobreza e injusticia dominante a su alrededor, a no ser que su papel sea mantener la inconsciencia social, objetivo contrario a las luchas que en todo momento emprendería con valentía el doctor Vargas. “Él regresó al país pero, en lugar de dedicarse a ejercer su profesión en la capital, en donde hubiese ganado una fortuna, se instaló en su provincia natal para combatir el paludismo, el alcoholismo, la malaria y la corrupción política… fue político decente que provocó anticuerpos en algunos sectores, porque lo que él hacía y decía no calzaba con lo que entonces eran prácticas comunes” (2).


Esta caótica situación, propicia para mantener en el poder a la misma élite de siempre, era como una cafetera al fuego que chillaba de calor y exigía la alejaran del fogón. Un movimiento contestatario se asomaba con la novedosa forma de hacer política que traía el doctor Vargas, basada en los principios cristianos de la justicia social, la honestidad, la verdad, la valentía y el altruismo; así la rebeldía pampera se manifestó a través del Partido Confraternidad Guanacasteca, con orientación socialista y cristiana, dirigido por profesionales, pequeños y medianos propietarios y las mujeres, quienes aún sin derecho a voto, lo apoyaron apasionadamente. Su discurso político, social y religioso, con tintes casi mesiánicos, arrastraron de inmediato a los sectores más humildes, peones, sabaneros, boyeros, pescadores, cocineras y un que otro gamonal con sus esposas, aunque fuera solo por despecho contra la oligarquía; todos se unieron alrededor del máximo caudillo conocido en la pampa, rompiendo la reinante apatía política con el grito de: ¡VIVA VARGAS!”.

Aunque el discurso de derecha siga tildando con el peyorativo de “comunistas” o populistas a los líderes sociales que buscan reivindicar a su pueblo, la fuerza de la verdad los respalda, y sus obras y coherencia los defienden de sus acusadores. “Ya desde antes de ser electo como candidato principal del Partido Confraternidad Guanacasteca, Vargas había enfrentado acusaciones de ser comunista. En octubre 1937, Vargas declaró que no contestaría más a acusaciones personales, ya que “el destino de 67 mil personas estaba en juego”. Según Vargas, después de 115 años de ciudadanía costarricense, los guanacastecos continuaban viviendo sin hospitales, carreteras o escuelas secundarias… “No soy comunista. Soy Socialista Cristiano” (3), escribiría Vargas en el periódico “El Guanacaste”.


Era común que las autoridades locales o los simpatizantes del partido oficial interrumpieran o prohibieran las reuniones y plazas políticas de la Confraternidad Guanacasteca. En el contexto de este debates de ideas y la lucha de fuerzas políticas antagónicas, después de haber recibido cincha en Abangares, insultos en Nicoya por parte de empleados del Gobierno, ofensas en todos los cantones por parte de los urbinistas leales al presidente León Cortez (“león con los pobres y cortez con los ricos”, criticaba el doctor) y después de haber sido encarcelado en Liberia, bajo la excusa de portar su pistola en la ciudad (algo común en aquellos tiempos), se vislumbraba cada vez más cercano el momento oportuno para la gran concentración de confraternos cansados de la corrupción, chorizos, robos descarados y maltrato de los gobiernos de turno. La hacienda San Miguel, en Llano Grande de Liberia (por donde hoy se ubica el aeropuerto internacional Daniel Oduber), sería el lugar señalado para la magna reunión de guanacastecos, todavía no emulada por otro partido político. “El poder de convocatoria de Vargas Vargas no tiene parangón en la historia de Guanacaste. Cinco mil en Llano Grande significó un respaldo contra la intolerancia y la injusticia, pues el insulto y la calumnia son las armas de los cobardes y los incapaces… La Confraternidad será más grande cada vez que Guanacaste conquiste nuevas batallas con la dignidad. Ahora precisamente hay silencio para la reflexión (4).


El movimiento Confraternidad Guanacasteca fue inscrito como partido electoral en junio 1937, y su primera convención política sería en la Hacienda San Miguel de Llano Grande de Liberia el 8 de diciembre 1937. Se apunta que entre 2.500 y 5.000 personas asistieron a dicha reunión para elegir a los candidatos del partido para las elecciones nacionales, período 1938-1942. Aunque el doctor Carlos Dávila sospecha que serían más de 5.000 la mayoría de textos consultados apuestan por una cifra menor, aunque no existen registros reales para corroborar estos datos. Sin embargo los poetas e historiadores locales han inmortalizado esta gesta histórica con títulos tan sugestivos como: “Cinco mil en Llano Grande” (Allen Pérez Chaverri), “Y fueron cinco mil albardas” (José Ramírez Sáizar), “La marcha del doctor Francisco Vargas” (Maestro Jesús Bonilla), etc. En aquella histórica fecha se escogió como primer candidato al Congreso al doctor Francisco Vargas, además de Lisímaco Leiva Cubillo, Hernán Vargas Castro y el poeta Adán Guevara Centeno en los restantes tres lugares.


Por sus méritos y su admirable trayectoria las Municipalidades de Guanacaste le otorgaron el título de “Hijo Ilustre de la Provincia de Guanacaste” en 1974. Posteriormente el Colegio de Médicos y Cirujanos le confiere el grado de “Apóstol de la provincia”, en 1995, cuatro meses antes de su deceso. Finalmente la Asamblea Legislativa en el año 2000 lo declara “Benemérito de la Patria”, honor que muy pocos guanacastecos se honran llevar (5). “Hoy Guanacaste necesita otra vez un Francisco Vargas Vargas, muchos luchadores en la Confraternidad, 5.000 hombres en Llano Grande, para el renacer de Guanacaste”, afirma el profesor Fajardo (6). El reto es mayúsculo para los que queremos ser políticos guanacastecos auténticos; aquí tenemos el mejor espejo hasta hoy conocido en la provincia, a pesar que el doctor Vargas siga siendo el político más desconocido en nuestras contiendas electorales, lo que le conviene a los políticos tradicionales.

La enfermedad permanente en su columna por haber caído de su caballo durante la campaña política (situación que lo hizo alejarse en momentos cruciales para recibir tratamientos en el extranjero), los constantes y malintencionados ataques, las persecuciones y encarcelamiento a sus seguidores y el fraude electoral en todas sus campañas, unidos a la traición de no pocos seguidores, algunos de los cuales terminaron pasándose al partido del Gobierno para asegurar su posición política, dieron al traste con el mejor proyecto político provincial que se hubiera conocido en la Pampa hasta el día de hoy.


Compartimos desde los aportes del profesor Miguel Fajardo “25 frases originales del Dr. Francisco Vargas”, que siguen inspirando a las y los guanacastecos de hoy y de siempre:

1. “Nuestra causa no es de ambiciones, sino de convicciones”.

2. “Lo nuestro fue ideología en acción, lucha interminable”.

3. “El que no piensa no puede decir que vive”.

4. “El pueblo que no lee se nutre de chismes”.

5. “¡Dolor de uno, dolor de todos, nada para nosotros, todo para los que vienen!

6. “Son las pampas que dan y quitan la vida, son los llanos que con sus aires dan libertad para opinar, (…) Son las pampas que dan conciencia cívica”

7. “Nadie debe comprar un solo voto ni repartir aguardiente para hacer sufragar a nuestros hermanos”.

8. “Nuestro deber es regenerar, no degenerar”.

9. “Los que roban al Estado se roban a sí mismos y a todos los costarricenses”.

10. “Soy de los profesionales que piensan que médico que ve el dinero, poco ve la enfermedad”.

11. “Persigo y busco regar en Costa Rica una semilla de hombres nuevos, de indiscutibles condiciones morales e intelectuales, pues solamente con hombres sanos de cuerpo y espíritu se podrá combatir abiertamente nuestras lacras sociales y formar una patria altiva y floreciente”.

12. “La página negra de nuestra historia la han escrito aquellos que han contribuido y siguen contribuyendo, en la entrega de nuestra patria maniatada a las futuras generaciones”.

13. “El que es honrado debe serlo en todos los momentos, en todas las circunstancias y en todos los actos de su vida”.

14. “Vale la pena morir por ideales superiores en el momento preciso”.

15. “Hay que hacer un censo de vagos de todas las clases sociales y ponerlos a producir, y suprimir los sueldos “gruesos” para un solo individuo”.

16. “No hay guanacasteco torpe ni traidor; todos somos uno en el ideal de todos, con él marchamos alegres y recelosos hacia un fin: nuestra reivindicación”.

17. “Un pueblo que no busca una justa aspiración, no es un pueblo”.

18. “Nuevos horizontes es lo que deseamos como todo pueblo que no quiere sucumbir. Por el momento tenemos tres: Trabajo, Taquilla y Tumba. Sudor, Guaro y Muerte. Y al lado de éstos, la politiquería inmunda”.

19. “Nosotros nunca debemos esperar gratitud de nadie, cuando lo que estamos preparando es el terreno para el porvenir”.

20. “El que puede socorrer al que va a perecer y no lo socorre, lo mata, pues también se mata, dejando morir a muchos seres en el abandono”

21. “Cuando los de arriba pierden la vergüenza, los de abajo pierden el respeto”.

22. “Desde aquel pantano de miseria y de ignorancia, irrumpimos de la nada a la vida nacional, yendo codo a codo con los “espaldas mojadas” de nuestra tierra: peones, sabaneros, carreteros, cocineras, pequeños agricultores y de muchos de los grandes que también captaron el mensaje”

23. “El alcohol y la marimba eran, en aquel entonces, los únicos argumentos ideológicos que campeaban por los llanos”.

24. “Guanacaste era el existir sin vivir de un pueblo minado por la parasitosis, endemias y pandemias que oscilaban entre las sequías extremas y las grandes inundaciones, sin que a nadie le importase un bledo”.

25. “Nuestra lucha se realizó en agotadoras cabalgatas, yendo de rancho en rancho y de toldo en toldo, bajo el sol inclemente o nubes de zancudos y tenues luces de candela, librándole batalla a campo abierto, tanto a la patología médica como a la patología social”.


NOTAS:

(2): Suñol, Julio (2009); Centenario del doctor Vargas Vargas; artículo en el Diario Extra. http://www.diarioextra.com/2009/abril/07/opinion08.php

(3): Busca, Soili (2008); La hora del sacrificio: el Partido Confraternidad Guanacasteca y su éxito fugaz; Revista electrónica de historia UCR, 9° Congreso centroamericano de historia, San José.

(4): IBID.

(5): Bajo el Acuerdo No. 5044 de 19 de julio de 2000. Publicado en la Gaceta No. 154 de 11 de agosto de 2000

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