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Foto del escritorProfesor Ronal Vargas Araya

Gaspar García Laviana, sacerdote guerrillero en Nicaragua

“Tu país, es mi país, marginado,

y tu ranchito mi casa;

es tu escasez mi acicate,

tu liberación mi causa”

(Padre Gaspar)



La foto publicada es inédita. En ella vemos de pie y con boina al padre-guerrillero Gaspar García (también llamado Martín, Ángel o Miguel), a su derecha el doctor panameño Sparafola y además otros guerrilleros del Comando Sur no identificados. La foto me la obsequió la guerrillera Zaida (el 11-12-1998), quien me aseguró que fue tomada una semana antes de que Gaspar fuera asesinado. Por tanto, es la última foto que le tomaron en vida, y tal vez desconocida por amigos, compañeros, familiares e historiadores suyos.


Este hombre formidable nació el 8 de noviembre de 1941, en un pueblo situado en la región española del Principado de Asturias. “Estudió bachillerato en Valladolid, Filosofía y Teología en Logroño, donde se ordenó sacerdote en la orden del Sagrado Corazón. Celebra su primera misa en el año 1966 en la parroquia de su pueblo natal. Posteriormente, se traslada a Madrid donde terminó un cursillo de sociología. Aquí mismo hizo compatible su sacerdocio, en la parroquia de San Federico, con el trabajo de obrero en una carpintería del barrio. Durante los tres años que permaneció en Madrid trabajó mucho con la juventud y con grupos de sacerdotes obreros, en un afán de implicarse cristianamente en la marcha social y política del país” (1).


Gaspar García, “buen sacerdote, comprometido misionero, pero sin duda alguna el más valiente guerrillero”, murió asesinado en la frontera Costa Rica-Nicaragua el 11 de diciembre de 1978, fecha imborrable en el calendario nicaragüense. Explicando los motivos que le llevaron a colgar la sotana y unirse a la lucha armada con el Frente Sandinista, testificaba en aquellos años el cura: "Vine a Nicaragua desde España, hará de esto nueve años. Me entregué con pasión a mi misión y pronto descubrí que el hambre y la sed de justicia de un pueblo humillado y oprimido reclamaba más que el consuelo de las palabras el consuelo de la acción. He visto la explotación inicua del campesino aplastado bajo las botas de los terratenientes y de la guardia nacional; he visto como unos pocos se enriquecían obscenamente a la sombra del dictador somocista; he sido testigo del inmundo tráfico carnal a que se somete a las jóvenes humildes entregadas a la prostitución por los poderosos; he tocado la vileza, el escarnio, el engaño, el robo, la corrupción, la represión inmisericorde, las torturas en las cárceles por reclamar lo que era suyo. Y como nuestros jóvenes honestos, los mejores hijos de Nicaragua, están en la guerra contra la tiranía opresora, yo he resuelto sumarme como el más humilde de los soldados del Frente Sandinista a esta guerra que en mi conciencia es justa. La insurrección revolucionaria puede ser legítima en caso de tiranía evidente y prolongada, que atente 'a los derechos fundamentales de la persona y dañe gravemente el bien común, ya provenga de una sola persona, ya de estructuras evidentemente injustas ". (Escrito de Navidad, 1977).


Gaspar realizó estudios superiores en sociología y en l969 pidió que le destinasen a Nicaragua dentro de la labor que los Misioneros del Sagrado Corazón desarrollaban en aquel país. Los superiores le encargaron las parroquias de San Juan del Sur, Tola, Buenos Aires y Cárdenas, limítrofes con el cantón costarricense de La Cruz. Allí trabajó con los campesinos locales tomando contacto intensamente con las dificultades que afrontaban día a día. Con frecuencia visitaba a los enfermos, siendo llamado muchas veces ante la falta de médicos a disposición de los campesinos.


Construyó escuelas y consultorios médicos; dirigió cursos de catequesis y empezó a formar lo que llamó “delegados de la palabra” y a las “madres catequistas” encargadas de ir formando a los niños. Tras el terremoto de Nicaragua comprobó cómo el dictador Somoza se apropió de casi todas las ayudas internacionales y denunció que los prostíbulos estaban obligados a pagar un canon a la Guardia Nacional, a cambio de su protección. Criticó duramente la práctica del secuestro de las jóvenes que posteriormente eran obligadas a ejercer la prostitución, secuestros que eran amparados por el ejército.


El padre Gaspar expresó su desacuerdo en la opresión de los campesinos pobres y su marginación en la sociedad por medio de varios poemas que fueron publicados como una colección en 1979, “Canciones de Amor y Guerra”, siendo éste el primer libro publicado por el Ministerio de Cultura del gobierno sandinista. Como resultado de todas sus críticas y denuncias contra la corrupción y la injusticia del régimen somocista, fue acusado por ser simpatizante comunista. En 1977 recibió las primeras amenazas telefónicas y era seguido de cerca por agentes de Somoza para comprobar sus actividades, que no pocas veces consistían en ayudar a los sandinistas actuando como correo, transportando gente y, principalmente, educando a los campesinos para que tomaran consciencia de la injusta situación en la que se encontraban.


Este sacerdote asturiano era seguidor de la Teología de la Liberación, corriente teológica que ponía en lugar preferencial la acción pastoral hacia los pobres y la condenación de la riqueza injusta. “No se me raje, mi compa”, esa era la frase que acostumbraba usar el padre Gaspar para dar ánimo al abatido. “La vida sacerdotal de Gaspar García Laviana (misionero del Sagrado Cargazón) sólo puede entenderse desde su opción preferencial por los más marginados y pobres que lo llevó incluso a militar en las guerrillas políticas surgidas para luchar contra la dictatura de Somoza. Es un error grave presentar sólo y exclusivamente al sacerdote asturiano como un simple cura-guerrillero según el modelo convencional del Che Guevara, cuya figura ha sido secuestrada por la burguesía capitalista. La opción preferencial de García Laviana por los pobres y explotados hay que encuadrarla en el gran movimiento intelectual religioso-político conocido como Teología de la Liberación, cuyas figuras más representativas son Ellacuría, Jon Sobrino y Gustavo Gutiérrez y Boff, quizá los más conocidos por el gran público. De dicho movimiento, el papa Pablo II dijo: «La Teología de la Liberación no sólo es conveniente, sino necesaria»… El premio Príncipe de Asturias Gustavo Gutiérrez es quien sistematizó de forma admirable -y a veces incomprendida- esta nueva forma de elaborar la teología fraguada en torno a conceptos como: pobre, pobreza, liberación, utopía y salvación, pero muy exigente en su praxis. Esta opción radical por los pobres y su liberación de la explotación de un capitalismo inhumano y de dictaduras militares fue la causa de que algunos fueran asesinados, como Ellacuría y sus compañeros en El Salvador, y otros como nuestro Gaspar García Laviana, que murió por una bala ¿perdida? cuando luchaba por los más pobres” (2).

Su radical coherencia le llevó a tomar las armas, al entender que un cambio político pacífico era imposible y no ayudaría a paliar las terribles necesidades que se veían todos los días en Nicaragua. Aunque nunca predicó la violencia, vio en ella el único medio para que los pobres de Nicaragua fueran liberados de su opresión. Además, estaba decepcionado con la jerarquía nicaragüense, que falló en su discurso a favor de los pobres y oprimidos. Por su excelente manejo de las armas se convirtió muy pronto en instructor. Testigos apuntan que en territorio costarricense, en las faldas del volcán Orosí, existía un grande campo de entrenamiento guerrillero bajo su responsabilidad. Herido en algunos combates y gracias a su condición de ex sacerdote, Gaspar fue atendido convaleciente en la Casa Cural de La Cruz (Costa Rica) por las religiosas que administraban esa parroquia y favorecido por el padre Clímaco Rodríguez que celebraba misa allí los domingos. Por eso esta labor liberadora del padre Gaspar unió más al poblado tico de la Cruz con el pueblo nicaragüense.


Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ha reconocido en varias ocasiones la importancia de la participación del padre Gaspar en la lucha revolucionaria, pues animó a multitud de católicos para apoyar al FSLN, dando al movimiento revolucionario legitimidad moral. Muchas de sus preocupaciones se convirtieron en prioridades para el triunfante partido sandinista al asumir el poder: instaurar la asistencia médica como una prioridad principal, poner en práctica las iniciativas de reforma agrarias que redistribuyeron la tierra a muchos campesinos, promover las cooperativas y denunciar la prostitución.


Un sacerdote de la parroquia de La Cruz apunta: “Recuerdo como si fuera hoy aquel 11 de diciembre de 1998, cuando junto a mi compañero de ordenación sacerdotal Gustavo Matarrita nos embarcamos indocumentados desde Puerto Soley hacia Ostional de San Juan del Sur, la población marítima más cercana a La Cruz, frontera norte de Costa Rica, donde trabajábamos. Aquella pobre comunidad nicaragüense la asistíamos por mar los sacerdotes de La Cruz durante el invierno, a petición del Cura de San Juan del Sur, a quien los ingratos caminos le hacían casi imposible su acceso vía terrestre. Cuando celebrábamos la misa algunas personas mayores susurraban: “cómo se parecen al padre Gaspar estos sacerdotes”. Un diputado sandinista nos invitó aquel día para almorzar en la casa de sus padres y al rato nos llevó hasta la población de Tola, al norte de Rivas. Allí nos presentó con el comandante Daniel Ortega, quien exclamó con admiración: “tan famoso es Gaspar García, que hasta un par de curas tiquillos se vinieron a celebrar su vigésimo aniversario. Démosle un aplauso a estos compañeros de la misma causa de Gaspar”. Con este viaje al pueblo de Tola, la antigua parroquia de Gaspar García, celebré mi quinto aniversario sacerdotal”. (Pbro. Ronal Vargas Araya).

El padre Gaspar García fue asesinado a quemarropa el 11 de diciembre de 1978 en medio del combate, traicionado por ex compañeros de lucha que dieron al ejército su ubicación, mientras dirigía la columna “Benjamín Zeledón”. De él se decía que era “el primero en entrar en combate y el último en retirarse”. En Nicaragua hay hospitales, calles, escuelas, cooperativas y bibliotecas que han inmortalizado su nombre. Hasta una importante avenida española de Gijón fue bautizada con su nombre. El “Foro de cristianos GASPAR GARCÍA LAVIANA” quiere contribuir a mantener vivo el recuerdo del sacerdote asturiano Misionero del Sagrado Corazón que entregó su vida en Nicaragua en defensa de los valores evangélicos de la justicia y de la paz el 11 de diciembre de 1978 y expresarle gratitud por su testimonio de fe cristiana, encarnada en aquella sociedad donde tanto se conculcaban los derechos humanos en las personas más débiles, como el mismo Gaspar cuenta en sus escritos. Su dirección electrónica es: https://www.forogasparglaviana.es/

Un hermosos video sobre su vida, preparado por la Radio y Televisión del Principado de Asturias para el 30 aniversario de su fallecimiento, puede ser consultado en: https://www.rtpa.es/video:Documentales_551313132096.html La original y alegre canción de Mejía Godoy al Padre Gaspar, acompañada de muchas fotos y dibujos que nos recuerdan los mejores momentos del apóstol, misionero y guerrillero, se puede escuchar en la dirección: https://www.youtube.com/watch?v=9e4oIbwpwOY

NOTAS:

(1): Gaspar García Laviana, en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Gaspar_Garc%C3%ADa_Laviana



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