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Foto del escritorProfesor Ronal Vargas Araya

La coligallera de las letras: OFELIA GAMBOA SOLÓRZANO (1924-2018). Abangares

Las Juntas de Abangares (11 marzo 1924-19 octubre 2018). Notas biográficas transcritas por el Profesor Ronal Vargas Araya.


Educadora, minera, poeta, literata, dirigente comunal, seguidora del partido Confraternidad Guanacasteca, líder municipal e historiadora abangareña de gran reconocimiento nacional. Esa polifacética mujer fue Ofelia Gamboa, una de las insignes hijas de la Pampa, junto a otras dos santacruceñas. Unidas las tres escritoras “María Leal, Lía Bonilla y Ofelia Gamboa conforman la trilogía más importante de las letras femeninas de Guanacaste” (Prof. Miguel Fajardo).


La calidad de su obra literaria la vemos reflejada en su vasta obra bibliográfica: “Oro y sol” (1990); “El expreso de la mina” (1994); una bella obra infantil que denominó “Columpios” (2000) y su libro de poemas guanacastecos “Matices” (2013), reuniendo poemas como Orbe tierra, Orbe mina, Los coligalleros, Sol de oro, Pretéritas cosas presentes, Lamento, Abangares, El grito de Vargas, Saludo a la pampa, Hay un rubor de malinches, Pampa, Los potros, Ancestro, Gesta o La nana Mercedes. Acercándonos a ese regionalismo, del cual la clasifica entre las grandes mujeres que tuvieron entre sus dedos el alma de Guanacaste, se le recuerda como fundadora de la Asociación Guanacasteca de Autores (AGA) y por haber sido declarada “Hija ilustre del cantón de Abangares”.


El histórico Partido Confraternidad Guanacasteca encontró en su figura una de las más fieles y valientes confraternas, porque siempre supo mantener viva la figura de su fundador, el doctor Francisco Vargas, Benemérito de la Patria, a quien dedicó su poema “El grito de Vargas” (5-06-1974) y lo menciona también en otras de sus poesías.


Sus padres fueron José Gamboa y Ángela Solórzano, él, boticario y presidente municipal durante muchos años; ella, una humilde mujer de hogar. Los estudios de primaria los llevó en la escuela de Las Juntas, y sus estudios secundarios en el Colegio superior de señoritas. No pudo entrar a la universidad debido a la muerte de su padre, por lo que tuvo que trabajar muy pronto como maestra para apoyar la economía familiar, contando tan solo 17 años. Es así como inicia su carrera docente en la escuela de La Sierra, al noreste de Las Juntas, impartiendo primer y segundo grado. Con su trabajo pudo financiarse nuevos estudios como maestra en el Instituto del Magisterio, donde obtuvo su diploma. Allí en La Sierra ejerció durante cinco años, y además contrae matrimonio con el coligallero Noé Montoya, contando tan solo 20 años, engendrando cinco hijos: Rodrigo, Milton, René, Eliette y Lisette.


Luego de su paso por La Sierra regresó a su pueblo para dar clases en la Escuela Central, donde trabajará como docente de primaria durante 17 años, terminando su labor como maestra de kínder durante los siguiente 23 años: en total, 45 años dedicados a la labor como educadora minera, para finalmente pensionarse a los 63 años. “Yo siempre digo que me hice poeta antes de aprender a leer y escribir. Desde antes de entrar a la escuela me gustaba ver cómo caía el agua de la lluvia, y cómo silbaba el viento entre las ramas. En los meses del verano, me gustaba ver las bandadas de loras y guacamayas, que hacían sus nidos en los árboles que bordeaban los caminos y los potreros” (Testimonio de Ofelia Gamboa, citado por Camilo Rodríguez, 2006).


Ofelia Gamboa “nos ha enseñado a escribir con honestidad. A hurgar en la historia del Guanacaste de siempre para denunciar a quienes han cometido la deslealtad y el descaro de entregar parte de él por unos euros o dólares de más. Su palabra firme y trascendente es un paradigma que debemos consultar cuando queremos conocer las auténticas raíces del ser guanacasteco... Todos hemos aprendido de ella: de sus enfoques, de su clarividencia para potenciar el tema guanacasteco, sin cálculo, sin doble discurso, porque ella ha sido coherente en su vida intensa: como mujer, madre, maestra, escritora, dirigente comunal y amiga selectiva… Fue una mujer integral… Como educadora, Ofelia Gamboa merece un profundo respeto, luego de sus abnegados 40 años de entrega al ejercicio docente, con vocación de campana. Como escritora y amiga de letras, ella signa uno de los nombres estelares de la literatura de este decisivo polo cultural costarricense que es Guanacaste” (Miguel Fajardo, 2013).


Si hay una frase trascendente de doña Ofelia Gamboa que sirviera para describir la importancia ética de su célebre figura, sería esta: “Mi vida se debe al trabajo educativo. Formar niños y abrirles las puertas del conocimiento y el asombro ha sido mi mayor satisfacción.” (Testimonio de Ofelia Gamboa, citado por Camilo Rodríguez, 2006). En tan solo dos renglones doña Ofelia consigue estremecer las fibras más profundas del verdadero espíritu docente.


Dentro de sus calidades éticas, sus alumnos y conocidos destacan entre otras, las siguientes características de su perfil: - La honestidad para denunciar la deslealtad de algunos guanacastecos que “venden” e hipotecan su tierra. - Mujer de una palabra firme y trascendente. - Siempre fue coherente, rechazaba el doble discurso. - Fue una mujer, plena, integral y feliz como estudiante, madre, maestra, escritora y dirigente comunal - Con evidente vocación para la educación. - Una mujer comprometida y abnegada con sus ideales. - Incansable en su labor como educadora, yendo más allá de sus deberes y promoviendo la literatura en sus estudiantes. - Líder comunal y social que siempre denunció la problemática económica de su región desde la despiadada explotación minera - Tenía una consciencia regionalista guanacasteca que vibraba con las causas provinciales, como lo fue el apoyo a la Confraternidad Guanacasteca


Una vez que le faltó su esposo, Ofelia no se echó a morir, sino que descubrió un nuevo sentido de su vida, que ya venía cultivando con su poesía desde años atrás, siendo su testimonio todo un proyecto de una vida felizmente vivida: “Me dedico a la contemplación y a celebrar el universo bellísimo que me rodea. Tengo lo que necesito y soy feliz. Aquí en Las Juntas de Abangares he encontrado el espacio para encontrarme conmigo misma, con mi destino, con la poesía, con los niños y con la vida”. En el 2027 una fractura en el pie la llevó a la sala de operaciones y un año después su vida se apagó lentamente, al sonido de los golpes de las piedras, por parte de los coligalleros, mineros artesanales que nunca olvidarán a la escritora que los hizo inmortales.


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:

1. Entrevista en vivo con Ofelia Gamboa: https://upa.ucr.ac.cr/ver/85

2. RODRIGUEZ, Camilo (2006). Veinte grandes personajes de Guanacaste

3. FAJARDO, Miguel (2013). Ofelia Gamboa

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