Se dice que el origen de Sardinal se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII, siendo posiblemente el poblado más antiguo del cantón de Carrillo. Algunos aseguran que la población se llamó primero El Tamarindo, y posteriormente El Sardinal, por el aprecio que se le tenía a los muchos sardinos comunes en esta vegetación. ¿Pero, quién hubiera imaginado la relación directa que existiría entre los primeros finqueros de Sardinal y algunos reconocidos personajes antiguos de Nicoya? La verdad, casi nadie. Pero así fue. Un 12 de marzo de 1770, siendo Corregidor de Nicoya Don Manuel de Mella, el entonces sacerdote del lugar Manuel Tomás de Vargas da la libertad al esclavo que criaba, de nombre Juan Antonio García y Vargas. Extraña el apellido Vargas en un esclavo negro de aquellos tiempos, lo que indicaba el gran aprecio que le tenía el cura que lo había criado o bien, lo que pareciera más justo, que era un hijo suyo ilegítimo, y eso pareciera ser lo correcto, pues fue beneficiaro de las mejores donaciones del sacerdote.
En 1786 el Capitán Remigio Vargas vende al antiguo esclavo Juan Antonio García y Vargas, ahora ya hombre libre y gran comerciante, 4 caballerías de tierras en el sitio que llamaban El Sardinal (hoy distrito del cantón de Carrillo), que el vendedor adquirió a su vez por herencia de su mujer María Tomasa de Soto y Blanco, quien a su vez lo había heredado de sus padres Domingo de Soto y Blanco y María del Carmen Orozco.
El 4 de diciembre de 1787 Juan Antonio García y Vargas vende a Damiana Artola 4 caballerías de tierra en el sitio que llamaban Nuestra Señora del Rosario del Sardinal, parte de las que había comprado al Capitán Remigio Antonio de Vargas y que limitaban con el mojón de las tierras que ya gozaba en su poder doña Damiana Artola en el mismo paraje. Parte de estas tierras tienen por límite el río Sardinal y Brasil, quedando excluido el potrero de Sardinal, todo por 140 pesos (1). Se cree que estos terrenos abarcaban lo que hoy es La Carpintera, Obandito y Playones. Para el año de 1804 doña Damiana Artola venderá a Santamaría Viales 2 ½ caballerías de tierra en el sitio del Sardinal, precisamente desde el paraje llamado el Guanacaste hasta el rincón del guacalito, por el precio de 101 pesos (2).
Sabemos que el antiguo esclavo del Presbítero Manuel Tomas de Vargas se casó, pero en las genealogías de la época no conocemos de su descendencia. La manera cómo obtuvo esas propiedades en Sardinal sin duda que fue por una donación del sacerdote. Habría que hacer un estudio más profundo en la mortual del presbítero y en el documento con que liberó de su esclavitud a Juan Antonio García y Vargas. Hay que recordar que en esa época en que la esclavitud se veía como algo normal, algunos propietarios de esclavos formaban lazos de afecto con sus sirvientes, ya que los criaban desde niños; otras veces los liberaban y les dejaban en herencia propiedades, dinero o ropa, eso no era algo común, pero sucedía, a pesar que la mayoría de las veces los patrones infringían sufrimiento, castigos o aún la misma muerte a sus propios esclavos.
Pareciera que la esclavitud en La Gran Nicoya nunca fue el motor de la economía, como si lo fue en otros territorios colonizados por los españoles, sino que los esclavos actuaban para servidumbres, construcción de embarcaciones, buceadores de perlas, trabajos en haciendas ganaderas y otros oficios. Con la independencia de España se aboliría la esclavitud y se liberaron los últimos esclavos negros de Nicoya, por los cuales se indemnizó a sus amos. Pero gracias a las tierras vendidas por un antiguo esclavo negro, hoy se levanta pujante la población de Sardinal.
(1): Índice de Protocolos Coloniales de Guanacaste, año de 1787, página 82.
(2): Índice de Protocolos Coloniales de Guanacaste, año de 1804, página 162.
(3): Este escrito se ha basado en el artículo de José Marvin Cabrera Matarrita “La esclavitud en Nicoya 1603-1824”, de la página http://genealogiadel.blogspot.com/2018/07/
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