Al mencionar el nombre de Jorge Volio pensamos en un ser humano polifacético, y no es para menos, pues fue sacerdote, guerrillero, político, empresario, fundador del partido Reformista, cofundador del partido Comunista, diputado y vicepresidente de la República. Por tantas gestas recibió el título de “General”. Recordamos que él había dejado la sotana para liderar la lucha armada desde Nicaragua y Guanacaste contra la dictadura de los Tinoco en la segunda década del siglo XX. El 5 de mayo de 1919, junto a decenas de rebeldes antitonoquistas, invadieron el territorio nacional por Peñas Blancas e inmediatamente dieron a conocer “la proclama de Sapoá” para liberar Costa Rica de la tiranía.
El 8 de mayo una avanzada gobiernista al mando del coronel Juan Guell, tuvo un encuentro armado en la Hacienda Santa Rosa con la guerrilla revolucionaria, jefeada por el General Volio, hubo un muerto y un herido: el ejército nacional tuvo que retroceder sus filas. El 26 de mayo de 1916, a las doce del día, cuatro columnas revolucionarias al mando de los generales Manuel Castro Quesada, Segundo Chamorro, Jorge Volio y el mexicano Manuel Chao, atacaron al norte de Liberia la famosa Hacienda El Jobo (acontecimiento muy presente en la memoria de los poetas guanacastecos), sabiendo que allí se albergaban más de 600 soldados tinoquistas, pero no lograron derrotarlos y tuvieron que retirarse, después de 6 horas de encarnecida lucha. En un combate posterior del 26 de julio, que tuvo lugar entre Puerto Soley y La Cruz, fue muerto y descuartizado por los tinoquistas el heroico maestro salvadoreño Marcelino García Flamenco. A pesar que con ambas derrotas las fuerzas revolucionarias de la frontera norte fueron muy golpeadas, el movimiento de insurgencia capitaneado por el general Volio sirvió de base para que las protestas contra Tinoco se generalizaran en todo el país, lo cual repercutió en el asesinato de José Joaquín Tinoco el 10 de agosto y la inmediata renuncia y autoexilio a Francia del presidente Federico Tinoco en agosto de 1919. Sin lugar a dudas desde Liberia se gestó el derrocamiento de la dictadura por medio del general Volio.
El mejor diputado guanacasteco de todos los tiempos , el liberiano Francisco Mayorga Ricas, hizo yunta con el diputado Jorge Volio; juntos dieron grandes batallas socialistas por Guanacaste las primeras tres décadas del siglo XX. Los acontecimientos violentos generados por las tomas de tierra baldía esas primeras décadas del siglo en Guanacaste obligaron las primeras reformas agrarias parciales por parte del Gobierno, escuchándose su eco a partir de 1920, cuando desde el Congreso se tramitó los Proyectos que ambos propusieron para la expropiación de parte de las haciendas El Viejo, La Palma, River Plate y Cañas Dulces. En su defensa tuvieron un papel positivo protagónico estos dos grandes diputados, el guanacasteco Mayorga Rivas y el General Jorge Volio, quien con su Partido Reformista será el primero en proponer también amplias reformas laborales y de tenencia de la tierra, secundado por su gran amigo el diputado Mayorga.
Sobre estas temáticas fue vergonzosa la actuación de los otros legisladores guanacastecos, los millonarios ganaderos y hacendados Aristides Baltodano y el diputado Urbina, con evidentes intereses económicos en que la reforma agraria no prosperara. Según el diputado Mayorga ya el país conocía que en la Provincia de Guanacaste surgía cada día un problema serio, el de las tierras, que requería el estudio y previsión del Congreso y del Gobierno… “allá en el Guanacaste, en muchos lugares donde antes existían caseríos de pequeños agricultores, sólo existen hoy repastos para novillos…No hemos de esperar que el campesino tenga que armarse de bomba y de cuchillo para defender sus parcelas”… El acaparamiento de grandes extensiones de tierra, sometidas a dominio particular, es uno de los grandes males de la Provincia de Guanacaste. Eso ha determinado la condición de parásitos a pueblos enteros, limitando a la vez su crecimiento y prosperidad. La redistribución de las tierras parece ser lo aconsejable para la solución de tan serio problema”.
Los diputados Mayorga y Volio impulsaron en Guanacaste las “demasías” y otras tantas leyes pensadas a favor de los terracarentes, que por desgracia años después terminarían al servicio de los terratenientes, amparados desde el Congreso por unos cuantos ganaderos elevados a la diputación que, unidos a los representantes cafetaleros de la Meseta Central, defendían ante todo los intereses de su poderoso gremio. Al respecto fue genial el sarcasmo de Jorge Volio en el Plenario Legislativo cuando el diputado liberiano Baltodano alegó la pérdida de tiempo de los campesinos guanacastecos que fueron a protestar al Congreso por aquello de la Policía Civil que se quería crear para defender a los ricos hacendados, ninguno de los cuales venía a comparecer, aduciendo que “los ricos no comparecen porque a ellos no les importa: ellos tienen personeros que defiendan sus intereses”.
Años después de conocer la cruel realidad de los peones sabaneros y las cocineras guanacastecas el diputado afirmaría sin tapujos que “los ricos devoran al pobre que agoniza en su tugurio”. Aunque renunció a ser sacerdote, jamás claudicó de sus ideales cristianos, pero entendidos siempre desde la doctrina social de la iglesia como una lucha por la justicia, por eso afirmará que “el día en que la justicia social triunfe en el mundo, ese mismo día marcará el triunfo pleno del cristianismo” (16 setiembre 1902).
El 1 de octubre de 1928 Jorge Volio será el primer diputado en sustentar la tesis de nacionalizar la fuerza eléctrica para favorecer al país…lo que varios años después se hará realidad, para beneficio de quienes no podían pagar este caro servicio de entonces. Guanacaste se convertirá con los años en la provincia que aportará mayor producción eléctrica a la bendita nacionalización de este recurso estratégico que tuvo su primer propulsor en el diputado Volio, cuya imagen debería estar en todas las agencias del ICE.
Sin duda alguna desde la fundación del Partido Reformista por Jorge Volio Jiménez en 1923 otro gallo cantó en la política nacional. Solo un año después ya incluía la idea del Seguro Social (entonces inexistente) en el Programa de Gobierno del Partido Reformista, que contiene también aspectos relacionados con la salud y los accidentes de los trabajadores, de tal forma que este partido es el primero en plantear un programa de atención integral al trabajador, tal como hoy lo gozamos. Siendo vice presidente de la República luchó para hacer realidad estos y otros nobles ideales por el bienestar de los más pobres de la patria ye en beneficio de Guanacaste, la provincia donde más puso en riesgo su vida como guerrillero y enfrentando a los hacendados insolidarios.
Con lo anteriormente expuesto queda claro que Guanacaste, y particularmente Liberia, tienen motivos de sobra para agradecer las muchas gestas del general Volio en estas tierras en las cuatro primeras décadas del siglo XX. Al contemplar vacío el espacio a la entrada de Barrio La Cruz, donde Liberia y Guanacaste rendían tributo a este personaje “Benemérito de la Patria”, un sentimiento de rabia e indignación llena mi corazón guanacasteco, por la forma tan cruel y malagradecida con que algunos ineptos olvidan y oscurecen la memoria histórica de nuestro pueblo.
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