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Hace 167 años le echaron la culpa al cerro Pelado y al volcán Tenorio por el terremoto de Cañas


Escrito en 2015, renovado el 3-03-2020



En 1853 un fuerte terremoto destruyó la naciente población de Cañas en Guanacaste, al moverse fuertemente la denominada “falla Cañas”. Cronistas de la época apuntaron: “el pueblo quedó en ruinas, quedó totalmente destruido”. Cinco años después de que se hubiera decretado el cantonato de Cañas, un día 24 de agosto de 1853, los anales de la época registran ese terremoto superficial al este de Cañas, de magnitud Mw 6,0, que provocó daños importantes en la débil estructura de las construcciones de barro y paja de aquellos tiempos y muchos derrumbes en la cordillera de Guanacaste, registrando intensidad entre VII y VIII escala Mercalli Modificada, dejando desolado totalmente el poblado de Las Cañas. Ese mismo año, para el 8 de setiembre, también otro destructor terremoto se sentiría en la bajura guanacasteca, afectando los poblados de Filadelfia, Santa Cruz y Nicoya, con daños considerables en la ciudad colonial.


La “falla Cañas” se encuentra en la provincia de Guanacaste, se extiende por unos 40 km con rumbo noroeste, desde el norte de Miramar hasta cerca de Cañas, pasando por los territorios de cuatro cantones: Cañas, Tilarán, Abangares y Montes de Oro. En su trayectoria, pasa unos 6 km al este de la ciudad de Cañas y unos 5 km al sur de la ciudad de Tilarán. La traza de falla se extiende al pié de la Cordillera de Tilarán, donde se observan escarpes y facetas de falla, mirando al sur.


El parte oficial de dicho terremoto salió publicado en el periódico oficial la Gaceta el 17 de setiembre de 1853, siendo firmado por el Gobernador de Guanacaste Rudecindo Guardia, y reza así:

“Según datos que ha adquirido esta Gobernación y los detalles comunicados por el Jefe Político del Cantón de Bagaces, los estragos hechos por el temblor de 26 de agosto último (esta fecha es la que dice el parte oficial) en la Villa de Cañas fueron de bastante consideración, pues no solamente se destecharon todas las casas enteramente, sino que también cayeron algunas y las demás quedaron desplomadas. Sin embargo, aquellos vecinos desecharon la oferta que les mandó hacer esta Gobernación de trasladarse a Bagaces a ocupar las casas públicas que existen allí y otros alojamientos que se les había mandado preparar para que pasasen allí los meses restantes de inverno; pero ellos prefirieron reparar en lo posible las casas que no habían caído, aprovechándose de la construcción que es de horcones y las volvieron a cubrir de nuevo en la parte que pudieron con la teja que había quedado sin romperse, y según han manifestado, se hallan ya establecidos otra vez en sus casas.

La comisión que fue a explorar el cerro llamado el “Pelado”, que se supone que era el que había hecho la explosión, regresó después de haber examinado aquel cerro, y según sus investigaciones, se ha sabido que no era allí el origen de los temblores, porque no se encontró ningún vestigio de erupciones, y habiéndose internado los miembros de la Comisión sobre la cordillera advirtieron que hacia el Este se divisaba un pequeño cerro a poca distancia del volcán Tenorio, y que de este se elevaban grandes humaredas de diferente: también observaron la destrucción de una parte de montaña y grandes oquedades de la tierra que se había abierto en grietas.

El ocho del corriente se repitió otro movimiento de tierra bastante fuerte, pero ya no ocasionó estragos en aquella Villa y aunque sigue temblando casi todos los días, es con menos violencia: sin embargo, no dejan de quedar atemorizados aquellos vecinos.

Dígnese usted elevar lo expuesto al alto conocimiento de su excelentísimo el Sr. Presidente, y aceptar las protestas de alto respeto con que me suscribo de usted su atento servidor. Dios guarde a usted”.

De hecho, para dicho terremoto de Cañas del 24 de agosto de 1853 (fecha en la que coinciden la mayoría de cronistas) muchos vecinos comentaban lo que con el tiempo se convirtió en una leyenda más del volcán Tenorio, y decían que “cerca del volcán Tenorio una pequeña montaña mostraba signos de grandes nubes de humo de diferentes colores que se levantaban, y fuertes retumbos fueron escuchados antes de varios temblores ocurridos”. El 23 de diciembre de 1864 el geólogo alemán Von Seebach ascendió al volcán Tenorio en busca de rastros que justificaran el origen del terremoto once años antes, pero sus constataciones más bien comprobaron la inactividad volcánica desde muchos años atrás, dominando la cima una densa vegetación y viejos cráteres. Desde entonces, en contra de la opinión popular, quedó más que claro que el origen del terremoto sin duda se debió a la mencionada “falla de Cañas”, pues el impacto de la destrucción no se limitó a dicha población, sino que causó daños también en Liberia, Bagaces y Abangares, siendo sentido su impacto en Santa Cruz, Filadelfia y Nicoya.

ALGUNAS FUENTES DE LA INFORMACIÓN:

2. Sismicidad histórica, Universidad Nacional, OVSICORI-UNA (2016), en http://www.ovsicori.una.ac.cr/index.php/sismologia/sismicidad-historica

3. Alvarado, Guillermo (2011); Los volcanes de Costa Rica: geología, historia, riqueza natural y su gente.

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