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“Hace 78 años un terremoto destruyó casi todo Bagaces”. 15 de marzo de 2020



Eran las 7:25 pm del sábado 6 de diciembre de 1941, ya los bagaceños habían disfrutado su comidita de la noche; unos escuchaban en las noticias de la radio las tristezas causadas por la Segunda Guerra Mundial que todavía no terminaba, otros, entre leyendas e historias de terror, se preparaban para acostarse fuera de sus casas, asustados por los temblores de los días anteriores. Había que madrugar para asistir a la Misa del domingo. En esos momentos la desgracia se hizo presente con un sismo con magnitud de 6.3 que alborotó la ciudad.

Tal vez no hubo ningún muerto porque los bagaceños ya estaban más que advertidos por el temblor del día anterior a las 4:30 am, cuando sin esperar el canto del gallo, la naturaleza golpeó fuertemente a los “panzagrias” (así se le dice a los bagaceños por su costumbre de tomar mucho fresco de tamarindo). Hay que aclarar que este sismo no tendría relación alguna con el terremoto de la península de Osa ocurrido cinco horas antes, con una magnitud de 7,3.

El científico Walter Montero Pohly lo describe así: “El 1 de agosto de 1935 y el 6 de diciembre de 1941 ocurrieron dos terremotos intraplaca, superficiales, de magnitud intermedia (5.5 < M < 6.5) que afectaron principalmente la población de Bagaces con intensidades MM VII y VII respectivamente. La ubicación del área mesosísmica, junto con los rasgos morfotectónicos parecen sugerir que la fuente sismogénica está en un complejo de fallas con rumbo predominante NNE que forman parte del extremo austral del graben N-S de la fortuna Peje, o de la falla Bagaces que se extiende por más de 40 Km al W dela población de Bagaces (AU)” (1).


El primer gran sismo sufrido en Bagaces se dio seis años atrás, el 1 de agosto de 1935; fue un sismo de intraplaca, superficial, de moderada magnitud, que causó más daño en el área limitada a Bagaces, y que afectaría con menor impacto el cantón de Liberia. El 21 de diciembre de 1939 los bagaceños sentirán también el sismo de Puntarenas, que no causó ningún daño, pero alteró a la población, porque fue oscilatorio, muy fuerte y largo. A propósito del terremoto de 1935 en Bagaces el periódico La Prensa Libre de entonces escribió que en Bagaces “se dieron varios techos caídos y muchas casas con las paredes caídas y destechadas. Las campanas de la iglesia sonaron solas y muchas imágenes resultaron dañadas. El pueblo estaba conmovido porque nunca habían sentido un temblor igual. Siguen conmociones con ruidos subterráneos, aunque no hay desgracias personales” (2), solo hubo golpeados y muchos daños materiales. La iglesia era de adobe, por lo que se abrieron sus paredes. Medardo Guido apuntó en 1998 que en ese terremoto dos escuelas del lugar quedaron desniveladas. También el anciano José Campos comentaba el mismo año que estando entonces “en el camino de Salitral a Mogote observó que los arbustos se mecían mucho y las ramas casi pegaban al suelo y la tierra se agrietó. A la casa de madera de su padre, ubicada en Salitral de Bagaces, se le cayeron las tejas” (3). Por la zona de Limonal reportaron varios árboles que se desenraizaron. En Liberia este temblor se sintió con violencia, algunas casas vieron caídos varios objetos y las paredes del juzgado civil se agrietaron.


El segundo gran terremoto de Bagaces se dio el 6 de diciembre de 1941, “localizado en Latitud 10,5º N Longitud. 85,25º W, con una magnitud de 6,0 y una profundidad de 10-15 km… Este terremoto ocasionó daños considerables en Bagaces en donde unas 100 casas quedaron inhabitables, el techo de la iglesia colapsó, las oficinas de la Jefatura Política, Municipalidad y Telégrafo también quedaron dañados” (4).

El periódico Novedades publicado en aquellos años, titulaba: “De 100 casas bagaceñas, solo 2 quedaron ilesas”. Y más adelante el artículo continuaba diciendo que “el poblado estaba integrado por 100 casas, tal vez las casas más viejas del país. Aquellas casas, construcciones, cuyas edades a veces eran centenarias, se hicieron de bahareque sin horcones. Desde luego no estaban para resistir los últimos temblores...98 casas son inhabitables, Las únicas casas que sufrieron ningún daño son la escuela, que es un edificio nuevo de madera, y la casa de Amalia y don Antolín…La iglesia sufrió daños de consideración en su techumbre que es de teja. Algunas imágenes valiosas resultaron dañadas, pero en general, la iglesia se considera en buen estado, si exceptuamos la techumbre…” (5).

A pesar de tanta destrucción no se registró un solo muerto, tal vez porque los sismos que antecedieron el terremoto ya tenían advertida a la población de que algo más grande se aproximada, además hay que recordar que la mayoría de las casas eran de adobe o bahareque, muchas de ellas centenarias, y muy pocas casas eran de madera. También el periódico La Tribuna del 9 de diciembre trae fotos muy llamativas de las destrucciones causadas por el terremoto y un buen artículo periodístico, donde se apunta que el terremoto fue muy violento, pero corto. Muchas casas no se cayeron, pero quedaron tan destruidas que hubo que reconstruirlas, a diferencia de las casas de madera que quedaron intactas. Tan fuerte fue el temblor que en un negocio comercial se cayó toda la mercadería. La mayoría de cercos de piedra, comunes en algunas casas adineradas y haciendas, se reventaron o cayeron, cediendo además a diversas grietas que se presentaron en el suelo. Se reportaron varios derrumbes en el camino del arreo, la ruta principal de Bagaces a Liberia. “En la población de Montano, el señor Vargas reportó que este temblor se percibió muy fuerte, con movimientos verticales y no se podía caminar. Se originó histeria colectiva, la gente corrió, por lo menos lo intentaban. Su casa de madera, aparte de desentecharla, no la desplomó. Otra casa cercana se destejó y se inclinó un horcón esquinero. Considera que ambos temblores (ese y el del día anterior) fueron de tamaño parecido” (6). En Paso hondo, camino a Bebedero de Cañas, testigos apuntan que la tierra se movía de forma extraña.

Un informe oficial apunta que “Muchas tejas se cayeron de los techos de las casas y las paredes se rajaron. La iglesia de Bagaces sufrió daños de consideración, incluyendo el rompimiento de imágenes valiosas. La casa del general Tomás Guardia resultó dañada, así como oficinas públicas…”. Red Sismológica Nacional (7). Hay que recordar que la histórica casa donde nació Tomás Guardia había sido declarada patrimonio nacional. Además, grandes grietas en Salitral siguen siendo testigos silenciosos de estos movimientos de tierra, sentidos en los cantones vecinos y en la zona alta de Bagaces, en el distrito Mogote (Guayabo) y La Fortuna.

Dentro de los efectos geológicos del terremoto se notó “ocurrencia de grietas en el terreno, en Salitral de Bagaces y en el camino entre Liberia y Bagaces. La presencia de grietas en el terreno rocoso podría sugerir que algunas fracturas están relacionadas con movimientos en la falla principal o en secundarias, que ocurrieron durante el terremoto o la secuencia de réplicas. Esto está sustentado por la presencia de escarpes en algunas de las fallas de la región. También se refiere que algunos pozos disminuyeron su nivel de agua” (8). Cuentan los testigos que además se presentaron ruidos subterráneos previos o simultáneos con la ocurrencia de temblores. Sin duda alguna que Bagaces nunca olvidará estos duros golpes que destruyeron en dos ocasiones la ciudad y fueron responsables de que el desarrollo se retrasara por varios años con respecto a sus vecinos Cañas y Liberia.


NOTAS:

(1) Alvarado-Montero (1988); Los terremotos de Bagaces de 1935 y 1941. Neotectonismo transversal a la Cordillera Volcánica del Guanacaste, Costa Rica, Revista Ciencia y Tecnología N° 12 (1-2), págs. 69-87, San José.

(2) IBID

(3) IBID

(4) Climent-Salgado-Slob-van Westen (2003), Amenaza sísmica y vulnerabilidad física en la ciudad de Cañas, Guanacaste, Costa Rica. UNESCO

(5) Alvarado-Montero op. Cit.

(6) IBID

(7) Rojas, Pablo (2016). Hace 75 años un sismo destruyó decenas de casas en Bagaces. Artículo publicado en CRHoy https://www.crhoy.com/nacionales/hace-75-anos-un-sismo-destruyo-decenas-de-casas-en-bagaces/

(8) Alvarado-Montero, op. Cit.

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