Escrito original del 2015, renovado el 3-03-2020
Recuerdo como si fuera ayer aquel 23 de agosto de 1997, la inolvidable vigilia en el salón comunal de Lourdes de Abangares, donde la voz melancólica y fuerte de Caliche cantaba en vivo por última vez contra la destrucción ambiental y la contaminación minera, animando nuestra lucha contra el decreto del gobierno que permitiría la explotación de la minería de oro a cielo abierto, que ya amenazaba con venir a destruir tierras guanacastecas. Ninguno de los centenares de pamperos que estuvimos presentes en aquel magno evento podríamos imaginar tan siquiera la tragedia que en la madrugada del día siguiente se daría.
Así apuntaba el artesano y luchador social liberiano Gerardo Fuentes en su perfil de facebook: “Veníamos de Lourdes de Abangares...Recuerdo que la noche anterior este servidor animaba la vigilia contra la Minería a Cielo abierto, había mucha gente de todos lados, yo tenía 15 días de haber llegado de África... En esta vigila por la vida participaban entre muchos Carlos Rodríguez y Marina Dávila (qddg). dg)...El 24 ed Agosto 1997 en la madrugada nos regresabamos a Liberia CARLOS RODRIGUEZ,MARINA DAVILA,DOS SANTACRUCEÑOS,FFELIZ DAVILA Y ESTE SERVIDOR. Yo conducia el vehìculo de mi hermano y llegando al puente EL SALTO un desperfecto mecànico ocurrio y chocamos contra el puente, en este accidente murieron dos grandes personas que fueron mis grandes amigos y compañeros de camino.CARLOS RODRIGUEZ cantautor y defensor de la naturaleza. MARINA DAVILA gran lìder comunal y lìder espiritual. Mis oraciones para estas personas queridas. LAS PERSONAS NO MUEREN,SINO HASTA QUE NOS OLVIDAMOS DE ELLOS....
El 24 de agosto de 1997 en la madrugada nos regresábamos a Liberia Carlos Rodríguez, Marina Dávila, dos santacruceños, Félix Dávila y este servidor. Yo conducía el vehículo de mi hermano y llegando al puente El Salto un desperfecto mecánico ocurrió y chocamos contra el puente. En este accidente murieron dos personas que fueron mis grandes amigos y compañeros de camino, Carlos Rodríguez, cantautor y defensor de la naturaleza y Marina Dávila, gran líder comunal y líder espiritual. Mis oraciones para estas personas queridas. Las personas no mueren, sino hasta que nos olvidamos de ellas”.
Carlos Rodríguez Santana había nacido el 11 de mayo de 1956, procedente de una familia pobre del caserío Refundores de Villarreal en Santa Cruz, cabecera del distrito de Tamarindo. Hizo sus estudios secundarios en el Colegio Veintisiete de Abril. Al morir el 24 de agosto de 1997, sus restos regresarían a su querida tierra de Villarreal. “En el percance, que ocurrió a las 5:51 a.m. , fallecieron Carlos Rodríguez Santana y Mariana Canales Dávila. En tanto, Joaquín Fernández Escudero, Gerardo Fuentes de la O -conductor-, Félix Dávila Ruiz, María Victoria Sequeira Contreras y Luis Adolfo Gutiérrez Ramos sufrieron golpes y heridas varias. Según versiones de uno de los lesionados, al parecer el chofer se durmió por unos segundos y, de inmediato, perdió el control del vehículo para colisionar de frente con el barandal de concreto del puente sobre el río Salto, sobre la carretera Interamericana Norte y a unos10 kilómetros al sur de Liberia”, publicaba el Diario La Extra. (http://wvw.nacion.com/ln_ee/1997/agosto/25/pais6.html)
Por haber nacido en este sector rural santacruceño, hoy epicentro del turismo local, desde niño sintió como suyas las alegrías y las tristezas del peón, de la cocinera, del sabanero mal pagado, del migrante nicaragüense en busca de oportunidades, del campesino sin tierra y de los más humildes de su pueblo, pero ante todo hay que afirmar que Caliche se puso al lado de los defensores de la naturaleza y siempre compuso su música evocando el derecho de los ríos a correr libres, el de las montañas a que no le quemen sus faldas ni le corten sus árboles y el de la fauna guanacasteca a no ser víctima de los cazadores furtivos. En los años 80s varios músicos regionales se dedicaron a rescatar las tradiciones guanacastecas, a vincularse con las organizaciones populares, a defender la naturaleza y a rescatar los valores cívicos y solidarios. Caliche es hijo de esta generación, “por lo que en sus canciones saca del anonimato a personajes sencillos de su tierra, describe costumbres y tradiciones relacionadas con las fiestas, lo religioso y la vida cotidiana de su gente; apoya la organización popular, contribuye a la autoestima de la mujer, denuncia los atropellos contra la naturaleza y propone con una gran ternura el amor hacia los animales, el bosque, el agua y en general a la defensa por la vida”, apunta el entonces regidor municipal de Santa Cruz Roger Sánchez.
Con frecuencia Caliche animaba un reconocido programa en Radio Chorotega en el que hacía participar a mucha gente del pueblo "tapizcando" con alegría. Allí comenzó a recibir el reconocimiento de su gente. Caliche realizó aportes fundamentales a la cultura costarricense, también contribuyó activamente a la conservación de las tortugas marinas: él amaba Ostional y su gente; fue un guerrillero que disparaba las balas de su guitarra por doquier, por lo que sigue siendo inspiración para las jóvenes generaciones de Santa Cruz y de la provincia chorotega, que miran con orgullo un anfiteatro junto al parque de Santa Cruz bautizado en su nombre, por eso afirmamos que no hay auténtico músico pampero que pueda ignorar su trayectoria y no lo tenga como modelo a seguir. Tampoco dudamos que su apoyo incondicional al movimiento popular fue fundamental para el triunfo de varias luchas sociales y ambientales. Hasta en campañas del IAFA contribuyó para proteger a la juventud del alcohol y el tabaco.
La reconocida cantante santacruceña Arelys Bustos en su perfil de Facebook apuntaba este bello testimonio: “Un 24 de agosto, para amanecer 25 de agosto de 1997, mi Carlos Rodríguez Santana se fue a terrenos celestiales luego de una vigilia en protesta contra la explotación de minas en Abangares Guanacaste... Ahora desde allá envía labores filantrópicas y altruistas a este mundo terrenal... me hiciste canciones y poesías que juntos presentamos en festivales llegaste a mi vida desde que tengo uso de razón... esta foto (en la parte superior del artículo) es un tesoro para mí; acá mi hermanita Laura tenía 3 años y yo como 7... Crecí admirando tu filosofía de vida, tu pasión y entrega para los pueblos y para la gente que trabaja en defensa de la tierra, la naturaleza y los animales. Mi Caliche, siempre con la esperanza puesta en jóvenes como vos y como yo... Aún te extraño mi Carlos... pero, así como me dijiste una vez: "usted nunca va ir a cantar si no soy yo quien la acompaño..." y así es, siempre te llevo conmigo en mi corazón y mi ser”.
Junto a ella, la internacional cantautora guanacasteca Guadalupe Urbina apuntaba de él: “Carlos era un hombre lleno de mucha energía, entusiasmo y pasiones en la vida. Santa Cruz y Carlos se han merecido mutuamente y Guanacaste se enriquece con hombres como él… ¡Qué poder espiritual tiene este Caliche indoblanquinegro, que después de diez años de su muerte nos invita a regresar a Villareal y a compartir con su familia y sus vecinos! Allí estábamos en medio de la plaza de toros, los carritos chocones y la tagada, en medio de chiquillos de escuela que, ataviados con trajes extravagantes, que quizá nuestras abuelas jamás usaron, bailaban la coyolera de Don Ernesto como en un ritual mecánico que les lleva año con año a honrar la canción autóctona y a aprender que es ley de vida guanacasteca pasar por los grupos de baile folklórico. Hasta allá se vino la maestra de maestras de la danza regional Marlen Contreras con sus jóvenes a bailar “Ya decidí”. Carlos había decidido dejar de ser un hombre normal en esta sociedad “casi al revés” y se nos fue, decidió continuar la vigilia que había comenzado por la noche en Abangares contra la minería a cielo abierto cuando en la madrugada, el carro que lo transportaba a él y a otros colegas músicos colapsó. Carlos se quedó para siempre alerta y alertándonos contra los ataques a la Madre Tierra, Carlos se quedó en su tierra para siempre… Nuestro querido Caliche nos acompaña, nos muestra un camino y en el estamos, sus canciones jocosas y pícaras nos devuelven la sonrisa, el placer de la seducción, del flirteo, de los amores arrinconados en la pasión de estas tierras y sus canciones de denuncia nos recuerdan que no debemos bajar la guardia, que debemos estar alertas, que nunca es tarde para proteger lo poco que nos queda y para recuperar lo que tenemos que recuperar, dentro de esas cosas por recuperar se encuentra una muy importante y que fue el bastión de estas gentes, para quienes más que tener bienes materiales, era importante tener DIGNIDAD”.
Respondiendo a la inquietud del entonces regidor Roger Sánchez Fonseca, el Consejo Municipal de Santa Cruz aprobó el año 2012 que el anfiteatro del parque Bernabela Ramos llevará el nombre de Carlos Rodríguez Santana, cantautor, hijo insigne de Santa Cruz. Del mismo modo el 24 de agosto del 2015 fue oficialmente decretado también en su nombre el anfiteatro de la Casa de la Cultura de Santa Cruz, la cuidad folklórica de Costa Rica. Cuentan los presentes que la actividad estuvo muy emotiva, pues estuvieron presentes sus 4 hijos y dos nietos, además de Nena, su excompañera sentimental. Alguno de los presentes se dejó decir en esa ocasión que la hija de Caliche Karla Gabriela Rodríguez Leiva, quien vive en Villarreal, ha sido la heredera del espíritu ecológico de grande defensor del ambiente y la ecología con sus letras combativas y su música folclórica, inspirada en la teología de la liberación, dominante en los años 80s, y que Caliche la hizo suya por su cercanía con la Pastoral Social de la Diócesis de Tilarán.
Después del recién mencionado homenaje en Santa Cruz, el 25 de agosto de 2015 se le hace un nuevo homenaje en el vecino cantón de Nicoya, con el estreno de la cantata: “Caliche, espejo de su pueblo”, escrita por su amigo poeta y cantautor nacional Dionisio Cabal, e interpretada magistralmente en “La Fulana Cosa”, con la presencia de los músicos que integraron el elenco de reconocidos acompañantes, como lo fueron don Francisco Cubillo, Carlos Loría, Chavelo Manzanares y Esteban Salas. Honor, honra y gloria eterna a Caliche, hijo de la tierra santacruceña, que con su música trascendió las fronteras del egoísmo humano para enseñarnos a caminar de la mano con la naturaleza. Y quienes le conocieron en vida y quieran seguir agregando algunos recuerdos para compartirlos con sus fans, lo pueden hacer en el activo grupo de Facebook “Yo conocí a Caliche”:https://www.facebook.com/groups/398398460330571/?pnref=story
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